Necesitamos un Plan B: ¡Por otra Europa! ¡Para toda Europa!

Después de cinco meses de negociaciones llevadas a cabo de manera autoritaria y arrogante, 18 jefes de Estado y de Gobierno del Eurogrupo, bajo la dirección del ministro de Finanzas de Alemania, han obligado al gobierno democráticamente elegido de Grecia a un acuerdo que contradice el programa electoral del SYRIZA y niega los resultados del referéndum del 5 de julio.

Alexis Tsipras ha aceptado este llamado "acuerdo" bajo la amenaza del estrangulamiento financiero, del colapso económico total, y de una catástrofe humanitaria. El acuerdo del 13 de julio es el resultado de un chantaje inaceptable. No sólo se ha vuelto evidente de forma dramática hasta qué punto el sistema neoliberal de dominación agrava la crisis de los pueblos individuales, también se ha visto que está a punto de destruir a toda la Unión Europea, tanto en los aspectos económicos, sociales como en los políticos. Nunca antes había tomado la Unión Europea una decisión que socava de manera fundamental el proyecto de integración europea.

No es el gobierno griego el que tiene la culpa de este acuerdo, son los líderes de la Unión Europea.

El intento de poner en práctica sus medidas coercitivas provocará la resistencia de amplios sectores de la población de Grecia. El propio Alexis Tsipras lo ha calificado como un mal acuerdo y está decidido a continuar la lucha en defensa del pueblo griego. Nos mantendremos en solidaridad con los movimientos griegos que resisten y luchan por mejores condiciones de vida de la población. Simultáneamente tratamos de ampliar la lucha contra la austeridad en toda Europa.
Esta política llevada a cabo por los líderes de la UE ya ha fracasado anteriormente y  continuará fracasando y erosionará la democracia. Sin embargo, la humillación del gobierno de SYRIZA y el castigo al pueblo griego tiene la intención de demostrar a todos los pueblos europeos la supuesta inutilidad de la lucha contra la austeridad neoliberal y por la democracia. No se trata sólo de castigar y condenar a la impotencia a Tsipras y a los griegos. ¡Este golpe va dirigido contra todos nosotros!
Todos los gobiernos y todas las fuerzas políticas que han apoyado y desarrollado el modelo neoliberal en los estados y en la Unión tienen la responsabilidad de la crisis europea. El intento por parte de sectores influyentes de las elites alemanas con el fin de lograr el dominio en Europa está condenado al fracaso, sin embargo, amenaza y pone en peligro la propia idea de la unidad europea. La UE de hoy está – también políticamente – desequilibrada.

Esta no es la Europa que queremos y necesitamos. Todos los europeos necesitamos un Plan B.

En la semana antes del referéndum, la semana OXI, 200.000 personas en 150 ciudades de toda Europa demostraron su solidaridad con la lucha contra la política de austeridad. Finalmente también la Confederación Europea de Sindicatos ha elevado su voz y ha exigido, de acuerdo con algunas de las mayores confederaciones sindicales nacionales, que los líderes políticos de Europa respeten los resultados del referéndum. Muchos de los economistas más importantes del mundo, junto con numerosos intelectuales europeos están pidiendo un cambio de la política de los gobiernos y de la UE. Cientos de miles de ciudadanos europeos han declarado su apoyo con el pueblo griego. Estos son los nuevos elementos positivos e importantes. Sin embargo, hasta ahora, ha sido imposible conseguir los cambios necesarios en las políticas de urgencia adoptadas.

Se requiere una acción europea más decisiva

La razón para el dilema actual no se encuentra  en el fracaso del gobierno de SYRIZA,  sino en su aislamiento frente a los demás gobiernos europeos. Es nuestra propia debilidad la que nos han devuelto a casa el 13 de julio, y tenemos que pensar en ello y discutirlo seriamente.
Varias opciones estratégicas están siendo discutidas dentro de los movimientos, las izquierdas europeas y griegas, entre ellas el Grexit. Es el pueblo griego el que tiene que aceptar o rechazar esta opción. En este contexto, nuestra tarea más importante es la construcción de la lucha contra la política de austeridad a escala europea y cambiar la relación de fuerzas en nuestros países y en el conjunto de Europa, y al hacerlo, aliviar el sufrimiento del pueblo griego y ampliar el espacio de maniobra para sus decisiones políticas.
Se sigue requiriendo la cooperación, la solidaridad y la unidad a nivel europeo.
En este sentido estamos preparando iniciativas, movilizaciones a nivel europeo y una manifestación conjunta para octubre en Bruselas.