El discurso de von der Leyen sobre el Estado de la Unión: en busca del alma de Europa

La Presidenta de la Comisión Europea afirma haber encontrado el «alma de Europa», y es una pantalla conveniente para su enfoque de la política puramente orientado al beneficio y al poder.

El 15 de septiembre, en el segundo año de la pandemia de COVID-19, la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pronunció su gran discurso anual sobre el Estado de la Unión. Tradicionalmente, se trata de un discurso en el que se repasa el trabajo realizado por la Comisión y se consideran los futuros proyectos. Es un medio para justificar las acciones pasadas y una oportunidad única para compartir con los ciudadanos la visión del Presidente sobre un futuro mejor para la UE.

Von der Leyen comenzó su discurso afirmando que la UE, a la que siempre se refiere como la "Unión", demostraría tener un "alma fuerte", añadiendo que había sido puesta a prueba, especialmente durante esta pandemia. Sin embargo, esta "alma", tan alabada por von der Leyen, parece ser de mente estrecha. Al menos esa fue la impresión que transmitió a lo largo de su discurso.

El "camino europeo" a través de la pandemia

El primer tema que se abordó fue la crisis del COVID-19, de la que ahora ya sólo se habla por el número de vacunas que se han administrado. Según von der Leyen, la UE ha demostrado una vez más ser uno de los líderes mundiales (y uno de los más generosos), ya que ningún otro continente ha donado tantas dosis de vacunas a otras naciones.

En el debate sobre cómo el mundo puede distribuir equitativamente las dosis de vacunas, el término "renuncia" desempeña un papel fundamental. En este caso, la UE debe ceder finalmente su resistencia dentro de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para que se puedan levantar las patentes de vacunas, al menos momentáneamente. Es la única forma de que las naciones más pobres se beneficien del progreso tecnológico realizado en los países más ricos del Norte Global. En su respuesta al discurso de von der Leyen, Martin Schirdewan abordó esta cuestión en el Parlamento Europeo.

Sin embargo, este requisito que es vital para un enfoque político global más justo no recibió ninguna mención en el discurso de von der Leyen. Una nota amarga de su discurso, que se desarrolló en su mayor parte en inglés, fue el hecho de que sólo mencionó una vez la palabra "renuncia”. Lamentablemente, fue en un contexto que no tenía nada que ver con las patentes. En su lugar, hablaba de cómo la propia industria militar de la UE podría ser apoyada a través de la "renuncia al IVA". Suponer que esto es una coincidencia sería subestimar a von der Leyen.

En cambio, su discurso contenía muchos auto-elogios. Por ejemplo, por el hecho de que la UE donaría 200 millones de dosis de vacunas al Sur Global en el verano de 2022, es decir, el tercer año de esta crisis en curso, mientras que los ciudadanos de la UE ya están recibiendo su tercera dosis. ¿Son estos los valores del Occidente cristiano? ¿Están estas acciones en consonancia con el "alma de Europa" de von der Leyen o con su tan anunciada "vía europea"?

Respuesta económica a la pandemia

Von der Leyen pasó revista a la respuesta de la UE a la pandemia. No dedicó ni una sola palabra al verdadero avance, es decir, que el bloque es ahora capaz de mutualizar su deuda. En su lugar, declaró con orgullo que el programa NextGenerationEU "abordará cuestiones estructurales […] desde las reformas del mercado laboral en España, hasta las reformas de las pensiones en Eslovenia o la reforma fiscal en Austria". Lo que en realidad podría estar en el horizonte son las temidas condiciones.

Esta declaración debería hacer saltar la alarma entre la izquierda europea. El año que viene veremos qué tiene preparado la Comisión y cómo abordará las condiciones de su plan de recuperación. Pero las palabras elegidas por su presidente no auguran nada bueno.

En el discurso de von der Leyen no se mencionaron los mayores retos que debe afrontar la UE, además de la crisis climática: cómo garantizar la cohesión económica y la recuperación en la periferia. Y aquí, dentro de la UE, se libra desde hace meses una dura batalla sobre la conveniencia de reformar las normas fiscales en la eurozona. ¿Cuál es la situación de la nueva deuda y cuánta deuda deben acumular los Estados? Aquí von der Leyen no dio ningún detalle. Se limitó a afirmar que se mantendrían conversaciones, cediendo así a las presiones de la ya no tan secreta primera potencia de la UE: Alemania.

Von der Leyen se mostró muy entusiasmada cuando pasó a alabar el mercado único y cuando anunció una "Ley Europea de Chips".

Crisis climática: nada más que aire caliente

No se dijo nada sustancial cuando von der Leyen empezó a hablar de la próxima conferencia climática de la ONU, la COP26, o como ella lo llamó: el "momento de la verdad". No se mencionó el hecho de que el supuesto gran proyecto climático de la UE, "Fit for 55", no hace ni de lejos lo suficiente y que, por tanto, el bloque no alcanzará los objetivos fijados por el Acuerdo de París.

Sólo se exigió a los demás, por ejemplo, a Estados Unidos, Japón y China. Von der Leyen afirmó que la UE ya estaba aplicando activamente medidas de protección del clima, pero que "Europa no puede hacerlo sola". Así es como von der Leyen imagina el "liderazgo climático global" de la UE.

La militarización, ¿el verdadero punto central del discurso de von der Leyen?

El tono se volvió incómodo cuando la ex ministra de Defensa alemana empezó a hablar de repente de "una nueva era de hipercompetitividad". Con esta dramática expresión, señaló el regreso a su antigua cartera. Antes de que finalice este año, se dará a conocer una nueva Declaración Conjunta UE-OTAN.

En ella, von der Leyen considera que la UE se enfrenta a tres grandes retos:
    1. El bloque necesita proporcionar de forma autónoma estabilidad en su "vecindad".
    2. La UE debe adaptarse para hacer frente a la evolución de las amenazas (en concreto, la tecnología disruptiva).
    3. Von der Leyen aboga abiertamente por la participación de la UE en misiones militares en las que no estén presentes Estados Unidos o la ONU. Aparte de revelar una extraña visión del mundo -por ejemplo, la idea de que EE.UU. y la ONU están en igualdad de condiciones-, lo que está pidiendo efectivamente es una intervención militar sin mandato de la ONU.

Pero las malas noticias no acaban ahí: von der Leyen reveló que le gustaría que las misiones militares contaran con actores civiles como apoyo:

"Sobre el terreno, nuestros soldados trabajan codo con codo con policías, abogados y médicos, con trabajadores humanitarios y defensores de los derechos humanos, con profesores e ingenieros. Podemos combinar lo militar y lo civil, junto con la diplomacia y el desarrollo, y tenemos una larga historia en la construcción y protección de la paz".

Teniendo en cuenta el actual debate postcolonial sobre el imperialismo europeo, esta última frase parece, como mínimo, inapropiada.

Von der Leyen considera incluso que las "fuerzas expedicionarias", los "grupos de combate" que pueden desplegarse rápidamente e incluso las "fuerzas de entrada de la UE" son parte de la solución a los problemas de Europa.

Esto es un claro llamamiento a la militarización de la UE.

En respuesta al discurso, Heinz Bierbaum, presidente del Partido de la Izquierda Europea, declaró:

"Desde el punto de vista de la izquierda, no estamos satisfechos ni convencidos con el discurso sobre el Estado de la Unión, que corre el riesgo de erigirse en una defensa de las políticas neoliberales y del modelo de austeridad". Además, los planes de von der Leyen conducirían a "una mayor militarización, que no trae nada más que la guerra".

Pero von der Leyen está dispuesta a ir aún más lejos, afirmando que la UE necesita mecanismos colectivos de toma de decisiones para esta militarización, por lo que valdría la pena considerar un "Centro Conjunto de Conciencia de la Situación". Añade que la UE también debe mejorar urgentemente la inter-operabilidad de los bienes militares. Por ello, afirma que el bloque invertirá "en plataformas europeas comunes, desde aviones de combate, hasta drones y armas cibernéticas".

Este es el apartado más detallado de su discurso, que cierra con datos aún más precisos: por ejemplo, afirma que la UE necesita "una Política Europea de Ciberdefensa" cuyas normas se regirán por una "nueva Ley Europea de Ciberresiliencia".

El próximo plan europeo de seguridad y defensa llamado “Strategic Compass” guiaría estas medidas y, por último, añade: "Por eso, bajo la Presidencia francesa, el presidente Macron y yo convocaremos una Cumbre sobre la Defensa Europea".

Política exterior de la UE

En cuanto a Turquía, un país situado muy cerca de la UE y, por tanto, un caso bastante complejo, von der Leyen no dijo nada más allá de reconocer su existencia. Tuvo más que decir sobre la región del Indo-Pacífico, una zona que está muy alejada de Europa, por lo que hay mucho espacio para las demandas y los deseos. En su opinión, frente a la iniciativa de una ruta de comercio global liderada por China con el nombre de “One Belt, One Road”, la UE tiene una respuesta a través de sus asociaciones globales, llamadas “Global Gateway partnerships”. Queda por ver qué forma tomarán estas asociaciones, dado que la UE ya está luchando por resolver su propio plan de recuperación de 750.000 millones de euros.

Si hay margen para mejorar la coordinación, afirma que el Nuevo Pacto sobre Migración y Asilo crea un sistema migratorio de la UE "equilibrado y humano".

Von der Leyen tituló sus observaciones finales: "Una Unión con alma". En sus líneas finales, relata la historia de la gran atleta italiana Beatrice Vio, que ganó una medalla de oro en esgrima en los últimos Juegos Paralímpicos. Von der Leyen espera que los ciudadanos de la UE se inspiren en Beatrice Vio. Parece que todos debemos afrontar el futuro con "tenacidad e implacable positividad". Implacablemente, ¡seguimos adelante!