Frente a una democracia que ha sido negada, a un gobierno autoritario y tras reprimir los movimientos sociales, los siete sindicatos que han pasado casi tres meses luchando contra el proyecto de ley El Khomri (CGT, FO, FSU, Solidaires, Unef, UNL y Fidl) y a favor de una legislación laboral acorde con el siglo XXI, están organizando ahora un referéndum en empresas, administraciones y centros de investigación.
En la actualidad, más del 70% de la población se opone a este proyecto de ley y a la aplicación del artículo 49.3, que permite al gobierno aprobar una ley sin que se vote en el Parlamento. Y la llamada a las armas ya ha dado sus frutos. El gobierno francés ha propuesto enmiendas al proyecto de ley con el fin de reducir su impacto. Se cedió a las demandas de los conductores de camiones y finalmente pone en marcha medidas destinadas a apoyar a los jóvenes que no tienen ningún vínculo con el mencionado proyecto de ley, que están sujetos a otras leyes que introdujeron hace años y que nunca habían sido aplicadas. Pero todo esto todavía no es suficiente ya que se mantienen las cuatro medidas más regresivas
Al mismo tiempo, el número de trabajadores y trabajadoras que participan en manifestaciones y huelgas no es suficiente para establecer una posición de poder que obligue al gobierno a dar marcha atrás y a retirar el proyecto de ley. Como ha sido el caso en los últimos años, en Francia se delega la acción política una vez más.
A la luz de esto, y extrayendo lecciones de las luchas de 2010, 2006 y 1995, los siete sindicatos están tratando de cerrar la brecha entre huelgas y manifestaciones en todas las formas posibles. Huelgas renovables en cada sector es una solución que ha demostrado ser eficaz. Hemos visto un número cada vez mayor de este tipo de huelgas en los sectores del transporte y de servicios públicos, así como en las industrias de energía y petroquímica.
Pero aún queda mucho por hacer para ver a más trabajadores, estudiantes, pensionistas y ciudadanos participando en esta llamada a las armas y hacer esta más visible posición de fuerza. Necesitamos transformar este potencial de acción en un compromiso sólido.
Este es el objetivo de la consulta, que se dirige principalmente a los lugares de trabajo y centros de investigación.
Se ha proporcionado información detallada, fácilmente comprensible para informar sobre el contenido de la ley y presentando una lista de derechos sociales que aún se tienen que conseguir. Hay dos preguntas en la papeleta de votación:
1. ¿Está de acuerdo o en contra de la retirada del proyecto de ley?
2. ¿Necesitamos nuevos derechos para los trabajadores, los jóvenes y los pensionistas?
El referéndum se llevará a cabo durante los próximos diez días y parte de él también implicará la acción colectiva durante una manifestación en París el 14 de junio que se ha organizado para mostrar el apoyo de grandes multitudes y también se ha convocado una huelga general para ese día. Otras iniciativas para la segunda quincena de junio están en proceso de desarrollo con el fin de mejorar nuestra posición de fuerza si el gobierno todavía no se ha movido para entonces.
La pelota está en el tejado del gobierno y la corte del Presidente.
¿Tendrán suficiente lucidez para congelar el proceso legislativo actual e iniciar un proceso de negociación justa y respetuosa, en sintonía con todas las posiciones? ¿Tendrán finalmente el valor para satisfacer las expectativas de los que les votaron - la mayoría de los trabajadores - y a resistir las órdenes de los tecnócratas de la UE, así como los deseos de los propietarios de las grandes empresas, los accionistas y los representantes de las multinacionales?
Para obligarles a actuar así tenemos que reforzar nuestra posición de fuerza una y otra vez. Una lucha en todos los frentes contra esto ayudará a lograr este objetivo. El Votation citoyenne es sólo una parte.
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Ver también la petición
“Por el derecho a manifestarse y contra la violencia policial en Francia”
Traducción: José Luis Martínez Redondo