El drama de los refugiados: Un llamamiento al cambio de rumbo. En Europa y en Alemania

Más de 70 intelectuales alemanes, los principales dirigentes y políticos prominentes del SPD, del Partido Verde y de Die Linke han publicado un Llamamiento que toma la crisis de refugiados actual como razón para la convocatoria de un cambio radical de rumbo en las políticas europeas y alemanas.

El drama de los refugiados/as nos ha puesto políticamente al límite. El objetivo de una convivencia amistosa en la Europa de la diversidad desaparece hoy por obra de los egoísmos nacionalistas y de una política inhumana de exclusión. También Alemania enfrenta un reto gigantesco que comporta inseguridad para muchas personas, y que tan sólo podrá ser superado si los responsables políticos tienen valor y determinación suficientes para tomar rumbo hacia un proyecto común sostenible, justo y robusto. Sin embargo, al faltar actualmente la necesaria coherencia para este cambio de orientación y de planteamiento, el resultado es un clima en el que la preocupación se convierte en miedo ante el colapso, la enajenación, la estafa. Fomentar el miedo no beneficia en Europa y en Alemania sino a partidos xenófobos, populistas y de extrema derecha.
Tan sólo saldremos de este callejón sin salida político si entendemos la crisis de los/las refugiados/as como un llamamiento. Este pone repentinamente el foco sobre los errores políticos y las omisiones del pasado. Porque la falta de voluntad para la cooperación solidaria en Europa es el resultado de un camino controvertido que la Unión Europea emprendió hace años y que ha convertido a los Estados miembro en competidores, introduciendo una división entre países más fuertes y más débiles. A la casa europea le falta el fundamento social y solidario. Y en Alemania se hace evidente hasta qué punto es erróneo el mantener una política en la que ‘balance 0’ es más importante que una convivencia sostenible. Así la crisis de los emigrados/as nos recuerda de manera brutal, hasta qué punto es prioritario un cambio radical en el rumbo político.

Puentes en lugar de muros

El cambio de rumbo comienza de inmediato si hay un gran programa humanitario europeo. Aquellos y aquellas que huyen de la guerra y de la miseria no pueden seguir siendo condenados a huir hacia Europa porque las organizaciones de Naciones Unidas sufran de una vergonzante falta de fondos. Precisan en su propia región de medios para vivir, para formarse, para tener un empleo. Al mismo tiempo, se han de asegurar, en estrecha cooperación con NNUU, rutas de escape ordenadas y posibilidades legales para emigrar a Europa. La Unión Europa no se puede convertir en una fortaleza frente a personas que huyen de la persecución y del terror de las bombas, independientemente del país al que se dirijan. Europa fracasaría con ello, tanto política como moralmente. Europa tan sólo podrá solucionar sus problemas políticos, si hace frente a su propia responsabilidad combatiendo las razones que empujan a las personas a huir, y no se hace dependiente de gobiernos como el de Turquía. En el plano moral cualquier tipo de exclusión contraria al derecho internacional pisotea los valores europeos ¡La convención de NNUU sobre el estatuto de los refugiados y el derecho fundamental al asilo no han de tocarse!

Escapar del callejón sin salida de la austeridad

En vez de gastar dinero en regímenes fronterizos, en muros y alambradas, habría de encararse de una vez de manera constructiva la superación del inmenso reto que afronta Europa. Hoy más Estados miembro de la Unión Europea pueden ser animados y apoyados financieramente para tener la capacidad de acoger de manera solidaria a los y las refugiadas, respetando el derecho internacional. Para ampliar la coalición de los países europeos que quieran acoger, la UE podría establecer por ejemplo un programa extraordinario financiado con bonos de proyecto que facilitara el acceso a viviendas, escuelas, hospitales y empleos y al que podrían presentarse comunidades que tengan una especial disposición a la acogida. Esta sería, al mismo tiempo, una aportación a una iniciativa de inversión europea que no se subordinara a las reglas del pacto fiscal, defendido dogmáticamente por el gobierno federal. Estas reglas inhiben desde hace años el desarrollo económico en muchos países europeos, comportan daño social y ecológico, especialmente en el sur de Europa, y despiertan cada vez mayores dudas sobre la legitimidad democrática de las decisiones políticas que se toman. Inversiones estratégicas, por ejemplo en la protección del medio ambiente, facilitan a los países más afectados por la crisis nuevas vías de crecimiento ecológico sostenible y suponen, al mismo tiempo, una eficaz prevención de motivos que, el día de mañana, pueden empujar a buscar refugio.

Cambiar de rumbo con inversiones de futuro en Alemania.

La integración de aquellos y aquellas que han buscado refugio en Alemania ante la Guerra, la miseria y la persecución política exige respuestas valientes e inteligentes. Tan sólo tendrá éxito si forma parte de una renovación de la infraestructura social que esté al servicio de todas las personas que viven aquí.
En primer lugar los Länder, pero sobre todo los municipios han de recibir el apoyo financiero del gobierno federal, en la medida necesaria para poder iniciar importantes inversiones en el futuro. Para todas las personas que viven en Alemania hoy, o que vivirán en el futuro, es importante que nuestro sistema educativo, empezando por el preescolar, sea modernizado y ampliado. Necesitamos más trabajadores cualificados en los servicios públicos y necesitamos que estén mejor pagados. También necesitamos más vivienda disponible para todos en las zonas de concentración urbana. Las inversiones necesarias en la sostenibilidad de nuestro modelo común no pueden ser sacrificadas al mantra de la ‘austeridad’. Considerando los bajos intereses, la financiación de inversiones públicas por parte del estado, resulta hoy más favorable que nunca antes. Más allá, la capacidad de actuar del estado precisa poner coto al fraude fiscal, y establecer una fiscalización justa, especialmente sobre los ingresos financieros y las grandes fortunas. No se puede permitir que el desarrollo favorable del mercado de trabajo sea utilizado para reducir los estándares sociales o para abusar del salario mínimo legal. La difícil integración de los y las refugiadas en el mercado de trabajo tan sólo funcionará si le sirve a todos las personas que tienen o que buscan un trabajo en Alemania.

Así creceremos

Los éxitos de la AfD y el gran número de ataques de la extrema derecha no pueden ocultar que la gran mayoría de la sociedad alemana comparte una disposición a ayudar, y que es social y culturalmente receptiva. El compromiso social demuestra vigor y creatividad, que son los motores más fuertes que existen para la cohesión social y para el progreso social. Es en esta sociedad civil solidaria en la que se ha de apoyar una política decidida e inteligente.

Si cambiamos de rumbo con la cabeza y con el corazón, todos podremos crecer: a nivel humano, social y económico. Si ahora invertimos en nuestro futuro, Alemania será, dentro de 10 años, un país más fuerte, más justo socialmente y más sostenible ecológicamente sostenible de lo que es en la actualidad. Con un cambio de rumbo como este, Alemania puede ayudar a generar en otros países más confianza en el futuro de Europa: ¡Es posible una Europa solidaria, democrática y social!

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