La era de la pos-austeridad en Grecia:Problemas y oportunidades desde una perspectiva feminista

Observaciones sobre los aspectos sociales de la política de memorando en Grecia durante los últimos cuatro años: El «Memorando Gender Trouble»

El memorando y la política de austeridad en Grecia han provocado la erosión de los derechos laborales y sociales, la disolución de las infraestructuras de atención social y también una crisis de funcionamiento de las instituciones democráticas en Grecia. Esta política ha empeorado la posición social de la mujer en la sociedad griega. Las altas tasas de desempleo entre las mujeres, y especialmente entre las mujeres jóvenes, el discurso público sobre la estructura de las relaciones familiares e interpersonales, la exclusión de las mujeres de profesiones que todavía se consideran un privilegio masculino, la representación estereotipada de la feminidad perpetuado por los medios de comunicación populares y el fenómeno intemporal de la "representación insuficiente" de las mujeres en la política indican su posición inferior en la sociedad griega.
Históricamente, el sistema de organización social en Grecia conserva un carácter tradicional en comparación con otras sociedades europeas, que se refieren más a la calidad de la democracia burguesa y a los principios de la Ilustración. Sin embargo, es cierto que desde la restauración de la democracia en Grecia en 1975, las reformas institucionales han promovido y establecido una versión institucional de igualdad de género.
En particular, el movimiento feminista en Grecia ha sido un catalizador para la expansión de la democracia y ha contribuido a la institucionalización de la igualdad de género en los primeros años de los ochenta, pero no ha sido capaz de crear una colisión con la ideología patriarcal, que hasta hoy permanece como  un aspecto fundamental en la ideología popular griega.
Las medidas adoptadas en el marco del acuerdo de memorando en Grecia rebajaron la igualdad institucional y, en consecuencia socavó el estado de la igualdad social. Tomemos, por ejemplo, el sector del empleo: los despidos en el sector privado, la reforma conservadora del sistema de pensiones y el desempleo han afectado a más mujeres que hombres. Un ejemplo muy concreto de esto se puede ver en la profundización de la brecha salarial preexistente entre mujeres y hombres.
Además, el gobierno conservador anterior (Nueva Democracia) manifestó posiciones políticas profundamente conservadoras sobre cuestiones de género, raza y orientación sexual. No debemos olvidar que fue este gobierno de extrema derecha, el que estableció los terribles campos de prisioneros para inmigrantes que todavía se ven hoy en día en toda Grecia, y el que promovió un nuevo modelo de políticas migratorias restrictivas. Este gobierno también rechazó todo tipo de reformas progresistas, como el reconocimiento de la ciudadanía a los hijos de inmigrantes nacidos en Grecia, y también el reconocimiento de las uniones civiles entre parejas del mismo sexo. Todo esto, junto con la presencia agresiva de la extrema derecha (Aurora Dorada) en el Parlamento griego y la esfera pública, han creado una fuerte "atmósfera" conservadora social en Grecia.

Violencia de género como aspecto de la crisis social en Grecia

Como todas las feministas – las de la Segunda o la Tercera Ola – nosotras compartimos creencias comunes sobre los motivos sociales de la violencia de género. Y, por supuesto, todas estamos de acuerdo en que la principal fuente de este fenómeno que abarca a todas las clases y “razas” tiene un nombre: el patriarcado. Pero por otro lado, es cierto – y especialmente hablando sobre los europeos del Sur – que la crisis social causada por la austeridad  ha provocado un aumento alarmante de la violencia de género en el sur de Europa.
Fue dentro de este contexto social en el que se persiguió a principios de la primavera de 2012 en Atenas a 12 mujeres presuntamente VIH positivas [1]. Podemos ver este caso como una forma pura de la bio-política en un Estado autoritario en desarrollo, o como un juego preelectoral comunicativo con el objetivo de apelar a los "bajos instintos" del electorado conservador en Grecia. Sin duda, representa una "aplicación" del sexismo agresivo impuesto por las instituciones como el gobierno, la policía, un pequeño grupo de médicos y también los medios de comunicación.

Observaciones sobre las nuevas perspectivas de la era de pos-austeridad

En los últimos años en Grecia han ido ganando impulso un amplio movimiento social contra la austeridad y las redes de solidaridad a gran escala y tienen, en muchos casos, vínculos con los movimientos antirracistas, feministas y LGTB (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales). El ascenso electoral de Syriza en las elecciones de 2012 y la victoria de 2015 fue principalmente el resultado de esos procesos sociales. Desde el año 2010, junto con la austeridad, hemos experimentado un movimiento social nuevo – me permito describirlo aquí como una "primavera griega" – que dio lugar a este gran cambio en el espectro político.
Esta situación crítica plantea nuevos problemas y nuevos desafíos para la izquierda radical europea: ¿Cómo pueden responder el gobierno de Syriza y el movimiento popular a los retos estratégicos que enfrentan debido al hecho de que la ideología popular griega con respecto a las cuestiones de género, raza y orientación sexual sigue siendo dominante?
Las primeras iniciativas gubernamentales de Syriza en las áreas de la salvación social, políticas de migración (cierre delos  campos de concentración, el proceso de desarrollo de las estructuras de bienestar social accesibles a todos, etc.) y los derechos sociales (por ejemplo, para promover la adaptación de la unión civil para parejas del mismo sexo, promoviendo políticas antirracistas en materia de educación y trabajo, etc.) constituyen un ejemplo positivo, pero por sí solos no son suficientes. La interacción con los movimientos sociales y la introducción de un punto de vista feminista en el procedimiento de elaboración de las políticas parece ser el "gran problema" al que el nuevo gobierno se enfrenta.

Participación de mujeres en el gobierno y críticas

Syriza ha aceptado muchas críticas – sabiamente, en mi opinión – a causa de la falta de mujeres ministras en su gabinete. Sólo hay cuatro ministras que participan en el gabinete, y también la presidenta del parlamento griego recién elegido, Zoe Konstantopoulou, es sólo la segunda mujer y la más joven en la historia de esta institución que ocupa esta posición. Podemos e Izquierda Unida en España criticaron a Syriza por esto, diciendo: "No hay democracia sin ellas" – refiriéndose a las mujeres (expresada con el hashtag: #no hay democracia sin ellas). Y sin duda esto es correcto, aunque también es cierto que Syriza es el partido con mayor proporción de diputadas en el Parlamento griego (44 diputadas).
Por otra parte, en mi opinión, lo que contribuirá principalmente a la formación de una nueva cultura política alternativa será la cuestión de si los miembros femeninos de este gobierno y del grupo parlamentario podrán influir en la elaboración de las políticas y en la toma de decisiones. Por otra parte, la mayor oportunidad que tienen tanto las mujeres y hombres de Syriza para cambiar los valores dependerá de las posibilidades de introducir un punto de vista feminista en la teoría y práctica política, así como la adopción de una cultura política original.
El texto de arriba es el resumen de una ponencia presentada en el contexto de una conferencia  de Educación en Praga (14 a 15 de marzo de 2015): "La educación a través de los ojos de las mujeres", título del debate: Las mujeres, los derechos sociales y éxito social
Para un informe breve de la conferencia haga clic El memorando y la política de austeridad en Grecia han provocado la erosión de los derechos laborales y sociales, la disolución de las infraestructuras de atención social y también una crisis de funcionamiento de las instituciones democráticas en Grecia. Esta política ha empeorado la posición social de la mujer en la sociedad griega. Las altas tasas de desempleo entre las mujeres, y especialmente entre las mujeres jóvenes, el discurso público sobre la estructura de las relaciones familiares e interpersonales, la exclusión de las mujeres de profesiones que todavía se consideran un privilegio masculino, la representación estereotipada de la feminidad perpetuado por los medios de comunicación populares y el fenómeno intemporal de la "representación insuficiente" de las mujeres en la política indican su posición inferior en la sociedad griega.
Históricamente, el sistema de organización social en Grecia conserva un carácter tradicional en comparación con otras sociedades europeas, que se refieren más a la calidad de la democracia burguesa y a los principios de la Ilustración. Sin embargo, es cierto que desde la restauración de la democracia en Grecia en 1975, las reformas institucionales han promovido y establecido una versión institucional de igualdad de género.
En particular, el movimiento feminista en Grecia ha sido un catalizador para la expansión de la democracia y ha contribuido a la institucionalización de la igualdad de género en los primeros años de los ochenta, pero no ha sido capaz de crear una colisión con la ideología patriarcal, que hasta hoy permanece como  un aspecto fundamental en la ideología popular griega.
Las medidas adoptadas en el marco del acuerdo de memorando en Grecia rebajaron la igualdad institucional y, en consecuencia socavó el estado de la igualdad social. Tomemos, por ejemplo, el sector del empleo: los despidos en el sector privado, la reforma conservadora del sistema de pensiones y el desempleo han afectado a más mujeres que hombres. Un ejemplo muy concreto de esto se puede ver en la profundización de la brecha salarial preexistente entre mujeres y hombres.
Además, el gobierno conservador anterior (Nueva Democracia) manifestó posiciones políticas profundamente conservadoras sobre cuestiones de género, raza y orientación sexual. No debemos olvidar que fue este gobierno de extrema derecha, el que estableció los terribles campos de prisioneros para inmigrantes que todavía se ven hoy en día en toda Grecia, y el que promovió un nuevo modelo de políticas migratorias restrictivas. Este gobierno también rechazó todo tipo de reformas progresistas, como el reconocimiento de la ciudadanía a los hijos de inmigrantes nacidos en Grecia, y también el reconocimiento de las uniones civiles entre parejas del mismo sexo. Todo esto, junto con la presencia agresiva de la extrema derecha (Aurora Dorada) en el Parlamento griego y la esfera pública, han creado una fuerte "atmósfera" conservadora social en Grecia.

Violencia de género como aspecto de la crisis social en Grecia

Como todas las feministas – las de la Segunda o la Tercera Ola – nosotras compartimos creencias comunes sobre los motivos sociales de la violencia de género. Y, por supuesto, todas estamos de acuerdo en que la principal fuente de este fenómeno que abarca a todas las clases y “razas” tiene un nombre: el patriarcado. Pero por otro lado, es cierto – y especialmente hablando sobre los europeos del Sur – que la crisis social causada por la austeridad  ha provocado un aumento alarmante de la violencia de género en el sur de Europa.
Fue dentro de este contexto social en el que se persiguió a principios de la primavera de 2012 en Atenas a 12 mujeres presuntamente VIH positivas [1]. Podemos ver este caso como una forma pura de la bio-política en un Estado autoritario en desarrollo, o como un juego preelectoral comunicativo con el objetivo de apelar a los "bajos instintos" del electorado conservador en Grecia. Sin duda, representa una "aplicación" del sexismo agresivo impuesto por las instituciones como el gobierno, la policía, un pequeño grupo de médicos y también los medios de comunicación.

Observaciones sobre las nuevas perspectivas de la era de pos-austeridad

En los últimos años en Grecia han ido ganando impulso un amplio movimiento social contra la austeridad y las redes de solidaridad a gran escala y tienen, en muchos casos, vínculos con los movimientos antirracistas, feministas y LGTB (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales). El ascenso electoral de Syriza en las elecciones de 2012 y la victoria de 2015 fue principalmente el resultado de esos procesos sociales. Desde el año 2010, junto con la austeridad, hemos experimentado un movimiento social nuevo – me permito describirlo aquí como una "primavera griega" – que dio lugar a este gran cambio en el espectro político.
Esta situación crítica plantea nuevos problemas y nuevos desafíos para la izquierda radical europea: ¿Cómo pueden responder el gobierno de Syriza y el movimiento popular a los retos estratégicos que enfrentan debido al hecho de que la ideología popular griega con respecto a las cuestiones de género, raza y orientación sexual sigue siendo dominante?
Las primeras iniciativas gubernamentales de Syriza en las áreas de la salvación social, políticas de migración (cierre delos  campos de concentración, el proceso de desarrollo de las estructuras de bienestar social accesibles a todos, etc.) y los derechos sociales (por ejemplo, para promover la adaptación de la unión civil para parejas del mismo sexo, promoviendo políticas antirracistas en materia de educación y trabajo, etc.) constituyen un ejemplo positivo, pero por sí solos no son suficientes. La interacción con los movimientos sociales y la introducción de un punto de vista feminista en el procedimiento de elaboración de las políticas parece ser el "gran problema" al que el nuevo gobierno se enfrenta.

Participación de mujeres en el gobierno y críticas

Syriza ha aceptado muchas críticas – sabiamente, en mi opinión – a causa de la falta de mujeres ministras en su gabinete. Sólo hay cuatro ministras que participan en el gabinete, y también la presidenta del parlamento griego recién elegido, Zoe Konstantopoulou, es sólo la segunda mujer y la más joven en la historia de esta institución que ocupa esta posición. Podemos e Izquierda Unida en España criticaron a Syriza por esto, diciendo: "No hay democracia sin ellas" – refiriéndose a las mujeres (expresada con el hashtag: #no hay democracia sin ellas). Y sin duda esto es correcto, aunque también es cierto que Syriza es el partido con mayor proporción de diputadas en el Parlamento griego (44 diputadas).
Por otra parte, en mi opinión, lo que contribuirá principalmente a la formación de una nueva cultura política alternativa será la cuestión de si los miembros femeninos de este gobierno y del grupo parlamentario podrán influir en la elaboración de las políticas y en la toma de decisiones. Por otra parte, la mayor oportunidad que tienen tanto las mujeres y hombres de Syriza para cambiar los valores dependerá de las posibilidades de introducir un punto de vista feminista en la teoría y práctica política, así como la adopción de una cultura política original.
El texto de arriba es el resumen de una ponencia presentada en el contexto de una conferencia  de Educación en Praga (14 a 15 de marzo de 2015): "La educación a través de los ojos de las mujeres", título del debate: Las mujeres, los derechos sociales y éxito social
Para un informe breve de la conferencia haga clic aquí.
[1] Ver el documental ”Ruins – Chronicle of an HIV witch-hunt”