Syriza pierde el gobierno como partido más votado de la izquierda radical europea

A estas alturas ya saben el desenlace. Sé que estuvieron pegados a la televisión el domingo por la noche para escuchar los resultados. Porque estas elecciones griegas también fueron nuestras…

Originalmente publicado en Il Manifesto, edición 9, julio de 2019 – escrito el 8 de julio y actualizado el 10 de julio.

Se esperaba la victoria de Nueva Democracia, ya lo anticipaba el voto europeo. El 26 de mayo cayó Syriza del 33,12% al 23,75%. También lo esperaba la gente que se reunió alrededor de la gran carpa de fiesta en la Plaza Syntagma, para poder compartir la amargura del veredicto

Ya ni siquiera había ira. Ya se había agotado, aunque todos hubieran querido gritar ante las imágenes, que, a partir de las 8 en punto, después de las primeras encuestas de salida, comenzaron a inundar la gran pantalla de televisión: Kyriakos Mitsotakis como un niño, un adolescente y adulto, con él su padre Kostantino, ex Primer Ministro, su hermana Dora, ex ministra de Relaciones Exteriores y luego alcaldesa de Atenas, su hijo Kostas que acababa de suceder a su madre en este papel, el propio hijo de Mitsotakis, cuyo nombre no recuerdo, ni la oficina pública que se le encomendó.

Los archivos están llenos de fotos y videos del ganador porque los Mitsotakis son una de las dinastías políticas de Grecia, en el gobierno durante décadas en varias combinaciones con otras dinastías: las de Karamanlis, Venizelos y Papandreou. El nombre de Tsipras debe haber sonado demasiado anómalo para durar.

Y sin embargo, a medida que avanzaban las horas, la evolución de las cifras comenzó a cambiar, para finalmente estabilizarse para Syriza en unos diez puntos por encima de los de las elecciones europeas, casi tanto como en las legendarias elecciones de septiembre de 2015, en ese año el 34.4 % y ahora el 31.5%. No es suficiente para formar un gobierno en vista de la marea azul de la Nueva Democracia, que absorbió todo el voto de la derecha, incluido el de Amanecer Dorado, debido a una ley electoral absurda. Al ganador se le otorga una cantidad de diputados (50 de los 300 miembros del parlamento) que le garantiza una mayoría absoluta, que de otro modo no habría tenido.

Mientras tanto, el obstinado KKE (el Partido Comunista Griego) e resistió, e incluso ganó un poco y obtuvo 15 diputados y el partido de  Varoufakis, el MeRA25, logró 9 diputados, estos dos partidos atacaron ferozmente a Tsipras por no haber hecho lo que ni siquiera ellos hubieran sabido cómo hacer.

 

Participación: 58% (2019);

Partidos con más del 1% en las elecciones nacionales de septiembre del 2015 y/o de 2019;

GUE / NGL: Izquierda Unida Europea / Izquierda Verde Nórdica (izquierda radical); PPE: Partido Popular Europeo (conservador); NI: no afiliados; ECR: conservadores y reformistas europeos (ala derecha); S&D: Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo (socialdemócratas); ALDE: Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa;

Fuentes: datos de la República Helénica, Ministerio del Interior: Resultados de las elecciones nacionales de septiembre de 2015, Resultados de las elecciones nacionales de julio de 2019; politico.eu, compilación propia;

En la Plaza comenzamos a reflexionar: nosotros, los italianos (un puñado de compañeros movilizados por l’Altra Europa con Tsipras, Massimo Torelli, Corradino Mineo y otros), candidatos, ex diputados y ex ministros entre la multitud. Poco a poco nos decimos que en realidad este resultado es un éxito sorprendente.

Tenemos que pensar: hace tan sólo diez años, en las elecciones de 2009, Syriza obtuvo un 4,6%, la cifra a la que nosotros, la izquierda europea, lamentablemente nos hemos acostumbrado a considerar como un objetivo fantástico.

Tsipras tomó una elección impopular, la única razonable, y evitó los populismos y la demagogia. Y a pesar de esto, sólo perdió un poco de su electorado.

En una Europa en la que la izquierda y el centro-izquierda están disminuyendo dramáticamente en todas partes, Syriza se ha convertido en el partido más fuerte de esta parte del espectro, incluso dos puntos más fuerte que el PSOE de España, por no hablar de las formaciones francesas, o incluso del SPD de Alemania en los años pasados. Y, obviamente, más fuerte que el PD de Italia. Hoy es la segunda fuerza política de Grecia, la oposición de Grecia y está en condiciones de desempeñar un papel decisivo.

¿No es eso un milagro? ¿Quién lo hubiera podido predecir hace tan solo diez años?

A última hora de la tarde, Alexis toma la palabra en la concurrida sala de prensa instalada en los pasillos del Zappeion. Y los periodistas, todos ellos, le aplauden con un gesto espontáneo: es joven, simpático, no lo atacan, entienden que es sincero.

Su discurso es breve y lleno de contenido.

Con cierta ironía, y, en cierto sentido, se ironizaba a sí mismo y recordó que estaba devolviendo el país, que él había recibido en un estado de bancarrota completa, ahora en la senda de la recuperación, fuera del odiado Memorándum. Advirtió que Syriza no permitirá una venganza de derechas contra los más pobres y los más explotados. E insistió, esta es la novedad, sobre el tema del partido como tal: el mandato que estamos recibiendo ahora, dijo, no es para los diputados elegidos, es para que todos construyamos un partido para el desafío que nos espera. Syriza fue un Partido que correspondió al 4,6% de antaño. Ahora, con todos los que han depositado su confianza en nosotros, este 32% del electorado, que contiene tanta gente nueva, Syriza tiene que convertirse en un gran partido europeo. El último acto de Alexis como Primer Ministro le permitió a Pedro Sánchez ser su representante en la votación en la reunión del Consejo de la Unión Europea en Bruselas, a la que no pudo asistir debido a la campaña electoral. Ahora él está "cambiando de trabajo".

Al igual que muchos otros compañeros, casi todos muy jóvenes, que inesperadamente se habían convertido en ministros o miembros del personal de instituciones de alto nivel. Ya han empezado a limpiar los cajones de su escritorio. Aquí en Grecia ni siquiera te dan un día de tregua, el martes por la mañana tienen que estar vacíos.

Ellos también están cambiando de trabajo: Volverán a trabajar en el partido del que habló Alexis, para reconquistar una sociedad que, también en Grecia, ha permanecido distante.

De esta manera, tal vez podamos establecer una relación de fuerzas que nos permitan cambiar Europa, junto con Podemos, el Bloco de Portugal y otras experiencias, que a pesar de todas las dificultades nos han dado algo de esperanza en estos últimos años. Hay trabajo para todos.

Fuente: República Helénica, Ministerio del Interior

P.D.: Permítanme una nota personal de felicidad: en medio del mapa coloreado que representa los distritos electorales ganados por los distintos partidos, en medio de la gran área azul de Nueva Democracia, se destacan tres pequeños puntos rojos: uno es el bastión de los trabajadores Pireo, otro es Patras, y otro es el noreste.

Y luego una gran área roja: toda Creta votó por Syriza. Creta, el país de Argyrò y Nikos, los héroes guerrilleros de mi libro Amori comunisti. La historia es historia: la rebelde Creta no pudo ser dominada ni siquiera por los venecianos. Y, además, Mitsotakis es cretense, lo conocen bien allí…

Traducción: José Luis Martínez Redondo