España En El «Purgatorio»

Un resumen sinóptico de los partidos y de la situación política antes de las elecciones del 20D en España.

El humor muchas veces tira de estereotipos, generalmente injustos pero que pueden ser sugerentes y divertidos si se consumen con moderación. Hay un famoso chiste que describe el purgatorio como un cocinero inglés, un burócrata francés, un policía alemán y todo organizado por los italianos. Pues bien, en política el purgatorio podría ser un partido conservador con la sensibilidad social del Partido Conservador británico, una socialdemocracia tan incorruptible y coherente como el socialismo italiano, un liberalismo tan independiente del capital financiero como el alemán y un populismo siempre abierto a pactar con la izquierda como el francés.
Desgraciadamente este “purgatorio” es el que está desarrollándose en España ante las elecciones del 20 de diciembre, las más trascendentales desde 1977; pues nadie duda de que las Cortes que salgan del 20-D serán encargadas de modificar en profundidad la Constitución.
En 2011 las movilizaciones del 15-M asombraron al mundo, en 2014 asistimos a un terremoto en el sistema de partidos y durante varios meses parecía que Podemos iba a conseguir una mayoría que sacase a España del Acuerdo de Bruselas: el marco de políticas económicas neoliberales compartidas por conservadores, social-demócratas y liberales. Sin embargo, en 2015 afrontamos las elecciones con tres formaciones principales, PP, PSOE y Ciudadanos, que comparten a grandes líneas las políticas económicas neoliberales y la política exterior pro OTAN; y, un paso atrás, tenemos a un Podemos que intenta demostrar que es una fuerza que no va a poner en riesgo las bases de régimen político: la Monarquía, el “libre” mercado y una política exterior subordinada a los intereses de EEUU. Izquierda Unida y otras izquierdas periféricas se han quedado de nuevo solas en el cuestionamiento del régimen del 78.
¿Por qué no se ha aprovechado el ciclo de movilización que asombró al mundo? Posiblemente porque haya primado el tacticismo electoralista. Primero IU y luego Podemos, no han apostado prioritariamente por afianzar la movilización social, extenderla y organizarla, por elevar la conciencia social. En el caso de Podemos ha repetido en un tiempo record todos los errores que han castigado a IU, especialmente el excesivo institucionalismo, sin casi ninguna de sus virtudes. En el último año se ha lanzado a una loca búsqueda de los votos centristas, que en gran parte se abstuvieron en las elecciones europeas de 2014, repitiendo también una gran parte de los errores cometidos por el PSOE.
Esta ha sido la clave de las tácticas electorales de los cuatro principales partidos: la disputa del voto del centro. Tras las elecciones de 2014 las cuatro formaciones diseñaron estrategias diferentes pero con el mismo objetivo: el PP, desprestigiado por los tres años de gobierno y escorado a la derecha, intento despertar el voto del miedo, convirtiendo a Podemos en el diablo “rojo” que necesitaban; el PSOE optó por una línea de afianzamiento organizativo a medio plazo y por un giro aún mayor a la derecha, dado el “overbooking” existente en la izquierda; y Podemos diseño una estrategia brillante pero de difícil éxito, como era intentar reconvertirse en una formación que ocupase “el centro del tablero”, rompiendo con el pasado izquierdista de gran parte de sus líderes y “fichando” a figuras avaladas por décadas de trabajo al servicio de las clases dominantes. La representación política del centro, que estaba huérfana desde la desaparición del CDS de Adolfo Suarez, podría haber sido ocupada por UPyD, pero finalmente los grandes poderes económicos prefirieron apostar por Ciudadanos, una formación surgida del laboratorio de ideas de la gran banca española.
Sin embargo, estas elecciones no van a ser una oportunidad perdida si sirve para que la izquierda aprenda de sus errores y nos permitan iniciar un proceso amplio de refundación. Una buena señal son las candidaturas de Unidad Popular, apoyadas por IU, que están marcadas por el protagonismo de activistas y sindicalistas. En estos meses, IU ha soltado lastre de algunas de sus mayores contradicciones internas y, de cara a las elecciones, UP-IU cuenta con un amplio espacio en la izquierda, abandonado, casi sin mirar atrás, por PSOE y Podemos. Un resultado digno de UP-IU será imprescindible para que los trabajadores y las trabajadoras puedan tener voz en una legislatura tan trascendental como la que se abre el 20-D.