Sira Rego (La izquierda): «¡Arriba las que luchan!»

Quiero empezar haciendo un reconocimiento a la figura de David Sassoli y lo que ha significado para este Parlamento.

Compañeros y compañeras:

Para mí es un honor representar en este proceso a La Izquierda, un grupo humilde pero que ha sido imprescindible para construir una Europa más democrática, más justa y más fraterna. Nuestra vocación siempre, mejorar la vida de la gente trabajadora.

Vivimos en un mundo con recursos limitados, la respuesta no puede ser que solo unos pocos tengan derechos y acceso a esos recursos. Necesitamos decisiones firmes que afronten las consecuencias de una emergencia climática que ya está aquí.

Por eso creemos que ahora que debatimos sobre el futuro de Europa, debemos apostar por más democracia. Y eso significa que este Parlamento debe impulsar  decisiones que den respuesta a los grandes retos que afrontamos en el marco de la crisis ecosocial.

Además debemos abanderar una salida justa a la crisis que ha generado la pandemia, defendiendo el empleo y los servicios públicos.
Y por supuesto, este parlamento debe defender los derechos de las mujeres. Ni un paso atrás en nuestro derecho a decidir sobre nuestros propios cuerpos, ni un paso atrás en el derecho al aborto

Para todo ello, necesitamos poder debatir en un espacio público que no esté intoxicado de mentiras. Un espacio diverso y plural, como es la sociedad europea. Necesitamos alejarnos de una extrema derecha que sólo trae miedo, odio y violencia para que los derechos de todas se conviertan en el privilegio de unos pocos. No son casuales sus ataques a las personas LGTBI, a las mujeres o a los migrantes.

De hecho, la extrema derecha le ha declarado la guerra a los derechos humanos porque en su modelo estrecho de sociedad sobramos la mayoría.
Su proyecto es el de una minoría que necesita enfrentar a los de abajo para que los de arriba se sigan enriqueciendo a costa de nuestra precariedad. Ellos le han declarado la guerra a los derechos humanos, nosotras luchamos por abolir la injusticia y la desigualdad.

Por ello debemos señalar que las viejas fórmulas para enfrentar esta amenaza están mostrando sus límites. Saltan las costuras del pretendido cordón sanitario de las grandes coaliciones y la derecha se muestra demasiado porosa a los planteamientos extremistas. La democracia y el progreso solo pueden defenderse ampliando los derechos sociales y con una base material sólida que no deje a nadie atrás.

Y por ello recordar que las democracias europeas tienen como rasgo esencial el eje del antifascismo, es más, la cohesión europea hunde sus raíces en un continente destrozado por la barbarie nazi y fascista. Constituciones como la italiana o la alemana recogen ese espíritu posterior a la Segunda Guerra Mundial

Pero no son solo historias del pasado.
Vengo de España, el país en el que se ha creado ese fenómeno global que es La casa de papel. Su guionista, uno de los artífices de que Bella Ciao se coree de nuevo por todo el planeta dice que “aún no ha amanecido el día en que no sea una buena idea cantar un himno antifascista”.

El himno que entonamos hoy es el de una Europa más social, más ecologista, más feminista. Basta con que construyamos una alianza democrática amplia entre quienes nos situamos enfrente de la barbarie reaccionaria.

Por eso, compañeros y compañeras  que os identificáis con estas ideas permitidme este llamamiento: construyamos juntas un nuevo consenso que sitúe el bien común y los derechos sociales en el centro.

Aprendamos las lecciones de la historia y aprovechemos la oportunidad de salir de esta crisis sin dejar a nadie atrás. No cedamos ante los discursos que pretenden una involución autoritaria, no nos aliemos con quienes comparten su agenda o parte de su agenda. Eso sería un reconocimiento implícito de que la democracia va perdiendo, ¡no cedamos ante los reaccionarios y sus aliados!

Pido el apoyo de todos aquellos y todas aquellas que, como nosotras, se reconozcan en la dignidad de quienes salvan vidas en el mediterráneo, de la clase trabajadora que se moviliza por sus derechos, de las mujeres que desafían a gobiernos reaccionarios – ¡sus gobiernos!- exigiendo libertad para decidir sobre sus cuerpos, de la juventud que ocupa las plazas exigiendo medidas efectivas para afrontar la crisis climática, de quienes pelean por los servicios públicos.

Pido vuestro apoyo para un nuevo horizonte feminista, porque el feminismo ha venido para para cambiarlo todo, para decir con orgullo que la historia de Europa también la hemos escrito las mujeres y la vamos a seguir escribiendo desde la sororidad y lucha por la equidad.

Pido vuestro apoyo para una propuesta que se inspira en la Europa democrática y revolucionaria. Aquella que a la libertad y la igualdad le añadió la fraternidad.

Pido vuestro apoyo para que construyamos juntas una Europa más democrática, más justa y más fraterna, en definitiva, antifascista.

¡Arriba las que luchan!