Conferencia sobre el Futuro de Europa – Consideraciones desde la Perspectiva de la Izquierda

Preámbulo

La "Conferencia sobre el Futuro de Europa" es una iniciativa conjunta del Parlamento Europeo, el Consejo y la Comisión Europea. Comenzó el 9 de mayo con una declaración conjunta y debería concluir en la primavera de 2022. Según la declaración, la conferencia "abrirá un nuevo espacio de debate con los ciudadanos para abordar los desafíos y prioridades de Europa". Tiene la intención de ser un enfoque de abajo hacia arriba centrado en los ciudadanos. El éxito de la conferencia depende de cómo se organice. La participación de la ciudadanía es fundamental, al igual que la implicación de los movimientos sociales, los sindicatos y los partidos.

La pandemia ha demostrado claramente el fracaso del modelo de política neoliberal. Tenemos que superar este modelo socioeconómico. La conferencia debe tomarse como una oportunidad para un debate amplio y profundo sobre el futuro desarrollo europeo, incluidos también los Tratados. El Partido de la Izquierda Europea (PIE) está comprometido con este debate.

Con el siguiente texto presentamos la posición del PIE. Lo entendemos como base y punto de partida para consideraciones más específicas.

Perspectivas de la izquierda para Europa

La Unión Europea lleva muchos años sumida en una profunda crisis económica, social y política, debido a sus principios, reglas, tratados y políticas neoliberales. Europa es algo más que la Unión Europea, pero el avance de la UE es algo crucial para todo el continente. En lo que respecta a la economía, la crisis puede apreciarse en la debilidad del crecimiento y en unos desequilibrios macroeconómicos cada vez mayores, fortalecidos por las políticas neoliberales y el mercado único. Alemania, por ejemplo, registra grandes superávits comerciales debido a su gran volumen de exportaciones, mientras que otros países europeos están fuertemente endeudados. Esos desequilibrios ocasionan problemas importantes para el desarrollo económico europeo. Desde el punto de vista social, la crisis ocasiona altos niveles de desempleo, bajos salarios, así como una gran precariedad laboral y empeoramiento de las condiciones de vida. Las desigualdades sociales han aumentado mucho en todos los países de la UE. La crisis democrática se profundiza. El Brexit y la abstención han sido la demostración más clara de la crisis política. El ascenso de la extrema derecha durante los últimos años constituye también una indicación alarmante de la crisis política a la que nos enfrentamos en Europa. Estas deficiencias se deben, por un lado, a las contradicciones de la evolución capitalista, pero también son resultado de la política neoliberal de austeridad. La actual pandemia agudiza esta crisis, cuyas consecuencias son tan dramáticas debido a la política neoliberal con sus recortes y privatizaciones de los servicios públicos Las infraestructuras sociales y, en particular, la sanidad pública, han sido sistemáticamente abandonadas. Después están los problemas ecológicos, como el cambio climático y la transición digital, que básicamente cuestionan nuestra manera de producir. Nos enfrentamos a una profunda convulsión económica, social y política.

Durante la pandemia se ha hecho evidente que el capitalismo y la política neoliberal vigente no son capaz de abordar la crisis de la manera adecuada. Si continúa esta política, aumentarán las ya existentes tendencias de desintegración y se pondría en juego el futuro de Europa. Necesitamos un cambio radical en la política europea y una nueva visión del avance europeo.

Nuestro objetivo es crear una Europa social, ecológica, democrática y pacífica.

Ese tipo de avance europeo no puede basarse en los tratados de Maastricht y Lisboa, porque ambos imponen a Europa unas políticas neoliberales. Pero estas políticas deben cambiar. Los desafíos para la izquierda en Europa son lanzar los procesos políticos necesarios para cambiar el rumbo de la política europea hacia la dirección que queremos.

¿Qué es lo que defendemos y por lo que luchamos?

Combatir la pandemia, proteger a las personas

La pandemia determina en gran medida nuestras condiciones laborales y calidad de vida. Los efectos económicos y sociales de la crisis ocasionada por el coronavirus son dramáticos, afectando en especial a los pobres y a las personas que viven y trabajan en condiciones precarias. El desempleo, y también la pobreza, aumentarán de forma significativa. Se debe hacer todo lo posible para proteger a las personas. El PIE apoya plenamente la Iniciativa Ciudadana Europea «Right2Cure» para ofrecer acceso gratuito y universal a las vacunas y hacer que estas sean un bien público. Las capacidades operativas del sector sanitario deben ampliarse y mejorarse. Pedimos un Polo europeo de salud pública y medicamentos.

Se deben tomar medidas para proteger a todos los afectados por la pandemia: trabajadores, pequeñas y medianas empresas, autónomos, artistas… Necesitamos un plan de rescate para los trabajadores y sus familias. Se debe ofrecer compensación financiera en caso de pérdidas de ingresos. Nos oponemos a cualquier intento de empeorar las condiciones laborales, como la suspensión de los convenios colectivos y la reducción de los derechos de los trabajadores. Apoyamos a los sindicatos en su labor para llegar a acuerdos que conserven los puestos de trabajo.

Transformación socio-ecológica o un Nuevo Pacto Verde

Pero no solo nos enfrentamos a la pandemia, sino también a profundas agitaciones económicas, sociales y políticas debidas, en particular, a problemas ecológicos como el cambio climático. Se cuestiona nuestra manera de producir. Necesitamos reducir drásticamente las emisiones de CO2. Una producción basada en las energías fósiles ya no tiene futuro. Necesitamos una nueva política industrial europea centrada en una industria ecológica asegurando la soberanía industrial. Esto incluye una nueva política energética basada en energías renovables, así como una nueva política de movilidad enfocada hacia conceptos de movilidad colectiva. La transformación socioeconómica, o el Nuevo Pacto Verde, es un elemento clave de la estrategia política de la Izquierda Europea.

Está claro que la política neoliberal de austeridad debe abandonarse. Se necesita otro tipo de política económica. Se han dado los primeros pasos con la suspensión del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y con la aprobación del Fondo de recuperación «Next Generation», lo que supone un cambio importante en la política económica europea. Los cambios abren nuevas contradicciones a impulsar para allanar el camino de cambios radicales en las políticas europeas. El Pacto de Estabilidad y Crecimiento no solo debe suspenderse, sino que debería abolirse completamente. Se debe evitar que el Fondo de recuperación esté vinculado al Semestre Europeo y que los medios financieros para los distintos países se vean obstaculizados por condiciones restrictivas y antidemocráticas. Estos planes no deben transformarse en nuevos memorandos. Se necesitan programas de inversión pública destinados al medio ambiente, los servicios públicos y la creación de empleo. El control democrático resulta crucial para evitar una modernización exclusivamente capitalista que apenas incluya aspectos ecológicos. Un Nuevo Pacto Verde de izquierdas debe ser un concepto amplio dirigido hacia el bien común. Necesitamos inversiones públicas en infraestructuras, servicios sociales como la atención sanitaria, viviendas asequibles, educación y cultura.

Para la izquierda, combinar las necesidades ecológicas y sociales es algo esencial. No cabe ninguna duda de que se necesita una revolución industrial ecológica, término acuñado en el programa electoral del Partido Laborista. Pero, al mismo tiempo, se debe proteger a los trabajadores afectados por estos cambios. El Centro de Transición Justa, según lo promueve la CSI, es un concepto que combina transformación ecológica y protección social, con el objetivo de garantizar una economía verde que proporcione trabajos dignos. Durante este proceso de transformación, los trabajadores no deben ser solamente meros testigos de la consolidación de sus derechos, sino que deben participar activamente. Su participación directa es indispensable para conseguir el Nuevo Pacto Verde de izquierda. Por tanto, desde el punto de vista de la izquierda, la conexión ente el Nuevo Pacto Verde y la democracia económica es algo primordial, esto es algo que también lo distingue de otros conceptos.

Un Nuevo Pacto Verde de izquierda debe entenderse como una idea de transformación completa que aúne los requisitos ecológicos y sociales, a la vez que se garantiza la participación directa de los propios trabajadores. Acaba con la política neoliberal europea y también va más allá de los límites de la evolución capitalista.

Derechos sociales

Un Nuevo Pacto Verde de izquierdas debe estar estrechamente relacionado con la ampliación de los derechos de los trabajadores. Esto puede vincularse al Pilar de Derechos Sociales, según ha sido adoptado por la Comisión Europea. Incluye 20 principios sobre igualdad de oportunidades y acceso al mercado laboral, unas condiciones de trabajo justas, así como protección e integración sociales. Con un plan de acción, estos principios deberían convertirse en medidas concretas para beneficio de los ciudadanos. Sin embargo, el Pilar de Derechos Sociales no debe seguir siendo una intención no vinculante. En su lugar, estos derechos sociales deben ser vinculantes en forma de un Protocolo Social en los tratados de la UE. Esto debe incluir igualdad de derechos para las mujeres en lo que respecta a los salarios, las condiciones laborales, el desarrollo profesional y la participación social a todos los niveles. Ni las libertades económicas ni las normas de competencia deben tener prioridad sobre los derechos sociales fundamentales que, en caso de conflicto, siempre prevalecerán. Esta es una exigencia clara de la CES y algo que también defiende la Red de sindicatos europea (TUNE, por sus siglas en inglés).

El Pilar de Derechos Sociales y el Protocolo Social son un punto de partida. No obstante, es imprescindible poner en marcha campañas en toda Europa. Necesitamos unos sindicatos fuertes con gran capacidad de negociación colectiva. Este es el requisito básico para lograr unas condiciones laborales dignas y unos salarios decentes con los que se pueda vivir. Se debe tener en cuenta la igualdad de género. En este contexto, en Europa también se necesitan unos salarios mínimos más altos. La nueva Directiva Europea es un paso adelante, pero todavía necesita mejorarse. Nos oponemos a las reformas neoliberales del mercado laboral que tratan de añadir más flexibilidad, una menor protección frente a los despidos y, en particular, a dar prioridad a los acuerdos de empresa en detrimento de los convenios colectivos negociados por los sindicatos. Esto debilita la capacidad de negociación colectiva de los sindicatos, lo que constituye su principal actividad. Necesitamos unos sindicatos fuertes que colaboren con los movimientos sociales, las organizaciones de mujeres, las iniciativas ciudadanas y los partidos de izquierda.

Tenemos que actuar de inmediato, sin esperar al 2030, y tomar medidas de emergencia inmediatas para proteger a los trabajadores: – prohibir los despidos durante la crisis – proteger y ampliar los convenios colectivos – luchar contra la pobreza de inmediato – proteger todas las etapas de la vida (ingresos para estudiantes, seguridad para el trabajo y la formación) – convertir los trabajos de duración indefinida en el estándar en Europa. Los derechos sociales y los sistemas de seguridad social deben estar alineados al mejor nivel en Europa.

La crisis actual es muy peligrosa para los derechos de las mujeres, que se enfrentan a fuertes regresiones. El PIE está comprometido con una directiva marco para implementar la cláusula de la mujer europea más favorecida y prohibir las desigualdades en los salarios.

Los medios financieros deben utilizarse para las necesidades de las personas:

  • Reembolso del BCE: reubicar los fondos del BCE en necesidades sociales, poner al BCE bajo control democrático y permitir que el BCE otorgue préstamos directamente a los estados miembros.
  • Fortalecimiento de los impuestos a las grandes empresas.
  • Tomar medidas concretas contra la evasión fiscal.

Defender la democracia

La crisis sanitaria se está convirtiendo en una crisis democrática. La pandemia está surgiendo como un campo de prueba de la resistencia del Estado de Derecho y el desafío a los derechos individuales y las libertades democráticas. Compaginar el orden y la seguridad con la libertad y los derechos es una labor continua. Los riesgos para la democracia son obvios y para esto se necesita una respuesta y confrontación exhaustivas por parte de las fuerzas progresistas de izquierda, con iniciativas y acciones conjuntas.

Paz y desarme

El PIE está firmemente comprometido con la paz y el desarme. Sin paz la humanidad no tiene futuro. La paz y el desarme deben ser el centro de cualquier elaboración de políticas. El gasto militar debe reducirse considerablemente a favor de los servicios de salud y las necesidades sociales. Es hora de contar con una iniciativa que permita elaborar una nueva política de distensión.

Estamos en contra de la militarización de la UE y rechazamos la PESCO. La solidaridad europea no se expresa mediante medios militares, sino consolidando las estructuras civiles comunes. No estamos de acuerdo con las políticas de la OTAN y nos oponemos a la maniobra de guerra «Defender». Debemos continuar e intensificar nuestra resistencia frente a esos peligrosos ejercicios militares. La OTAN no es una organización que defienda el interés de los europeos. Con sus actividades agresivas es una organización peligrosa. La OTAN debe disolverse en favor de un nuevo sistema colectivo de seguridad, que también incluya a Rusia.

Una Europa en paz sobre la base de una seguridad común es la alternativa a la guerra y la confrontación. Dentro de este marco, también se debe fortalecer el papel de la OSCE.

El PIE pide a los estados europeos que ratifiquen el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, que entró en vigor en enero de 2021.

La lucha por la paz está relacionada con la lucha contra el cambio climático. Es necesario unir más estrechamente el movimiento pacifista, los movimientos climáticos y medioambientales como «Fridays for Future» y también el movimiento social.

Frente a quienes han propuesto un formato de Conferencia Europea que recorta la participación democrática en favor de las élites y líderes políticos que buscan promoción personal, nosotros, desde la izquierda, proponemos un amplio proceso participativo, con Parlamentos nacionales, abierto a la ciudadanía en el que intervienen todo tipo de organizaciones sociales, sindicales y políticas.

Un proceso que permita buscar elementos comunes para plantear nuestras ideas en el Foro Europeo. Invitamos a participar a todos los que estén pensando en un avance alternativo para Europa. Invitamos a todo el mundo a unirse al Foro Europeo organizado por las fuerzas de izquierda, progresistas y ecologistas, que tendrá lugar en noviembre, esperamos que en Atenas o en línea.