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Petición contra la violencia machista y el racismo, lanzada por blogeras feministas, autores y activistas de Alemania después de los ataques contra las mujeres en Colonia en Nochevieja

En la Nochevieja de 2016 se vieron muchas mujeres expuestas a la violencia machista en  Colonia y otras ciudades alemanas en plazas públicas. Estos hechos deben ser aclarados rápidamente y a fondo. Los vacíos legales sobre acoso legal / violaciones deben cerrarse de una vez.
Exigimos que se dé a todas las afectadas el apoyo y la ayuda que necesiten. Somos solidarios con todas las personas que sufren y han sufrido la violencia machista.
¿Quiénes somos?
Como feministas de distintas áreas sociales luchamos desde hace muchos años por la justicia entre los sexos y en favor de una sociedad abierta y justa y también luchamos contra el sexismo y la violencia machista. Durante esas luchas hemos aprendido valorar la importancia de la lucha contra el racismo y todo tipo de discriminación.   
Luchamos por esto
La lucha consecuente en contra de la violencia machista es imprescindible y de máxima prioridad. Es dañino para todos si se instrumentalizan los asuntos feministas por populistas para hacer campaña en contra de distintos grupos étnicos, tal y cómo se hace actualmente en el debate acerca de la última Nochevieja.  
La violencia machista no se debe tematizar únicamente cuando los autores son supuestamente los “otros”: los hombres musulmanes, árabes, negros y magrebíes, es decir, todos aquellos a los que los populistas llaman “no alemanes”. Tampoco debe saltar solamente a la luz pública, cuando las víctimas son (supuestamente) sólo mujeres blancas. La lucha contra la violencia machista debe ser, sin excepción, una prioridad política, porque es un problema continuo que nos afecta a todos. En 2014, una encuesta de la Agencia de la Unión Europea por los Derechos Fundamentales (FRA) sacó a la luz que más de la mitad de las mujeres habían sufrido acoso sexual y que una tercera parte había sufrido violencia machista. Las estadísticas de la policía muestran que cada año hay más de 7.300 denuncias por violación y acoso sexual en Alemania, es decir, 20 cada día. Pero los casos no denunciados son aún más numerosos.   
Todas las personas deben sentirse seguras desde su infancia, independientemente de su etnia, orientación sexual, identidad de género, religión o forma de vida y deben estar protegidas contra abusos verbales o físicos. No importa que sea en la calle, en sus hogares, durante el trabajo o en internet. Sin excepciones. Estos son los fundamentos de una sociedad libre.  
Nosotros luchamos por las siguientes soluciones políticas:
1. El trabajo de las oficinas de atención debe ser reforzado y su oferta debe ampliarse, incluyendo posibilidades terapéuticas y un mejor y más rápido acceso a las terapias. También el trabajo de las casas de acogida de mujeres ha de ser reforzado y debe estar asegurado económicamente. Todas las oficinas de atención y sus ofertas deben estar libres de barreras.
2. Se tiene que adaptar la legislación: En Alemania el acoso sexual por sí sólo sigue sin ser un delito. Y para que una violación sea un delito, la persona violada debe haber ofrecido “suficiente” resistencia.
3. Se necesita una mayor labor educativa para evitar la violencia. Además, esto daría a las afectadas la seguridad de que pueden contar con el apoyo social cuando piden ayuda. Queremos sensibilizar a la opinión pública que el riesgo de sufrir violencia machista y sexismo es especialmente grande en el entorno social más estrecho y que se produce en todos los grupos sociales.
4. También una pedagogía orientada a la sensibilización de género puede prevenir la violencia (machista). Aquí se trata de informar sobre estereotipos de género y el significado del lenguaje.
5. También la policía y la justicia deben recibir formación para que realmente se persigan estos delitos y que se trate a las afectadas con sensibilidad y respeto.
Luchamos por las siguientes soluciones sociales:
6. El debate sobre la violencia machista debe ser abierto, crítico y diferenciado. Aquí se incluyen el análisis, el diagnóstico y la lucha en contra de las causas socioculturales e ideológicas de la violencia. También se debe hablar urgentemente sobre la estigmatización social de las afectadas por la violencia machista.
7. Las afectadas por la violencia machista deben ser tomadas en serio y no se deben victimizar de los autores o convertir a las víctimas en culpables debido al comportamiento de las víctimas. Tampoco deben trivializarse los casos.   
8. El sexismo y el racismo no son un problema de los “otros“: Todos estamos marcados por la discriminación estructural y debemos reflexionar sobre nuestros prejuicios para poder eliminarlos.  
9. Quién sea testigo de un acto de violencia machista y sexismo no debería mirar hacia otra parte, sino que debe intervenir, eso va desde la ayuda en caso de abusos sexuales hasta la protesta en contra expresiones, publicidad o “chistes” sexistas.
Luchamos por los siguientes principios en los medios:
10. La información en los medios de comunicación no debe  mofarse de las víctimas y tampoco ocultar los hechos criminales. Los autores no deben llamarse “Sex-Gánster” o  “turba de sexo”, porque la violencia machista no tiene nada que ver con sexo – y la violencia en las familias tampoco puede trivializarse como “culebrón familiar o de parejas”  
11. El sexismo y otras formas de discriminación deben entenderse como un vivero de la violencia machista y se deben reconocer como problemas realmente existentes. Tenemos que tomar en serio el vínculo existente entre el trato de la mujer como objeto sexual  y el maltrato y la violencia machista. El sexismo no debe tener espacio ni en la vida diaria, ni en la publicidad o los medios de comunicación.  
12. El problema del sexismo y de la violencia machista no debe “islamizarse” y, por lo tanto, suscribirse de forma generalizada a una religión y a sus supuestos seguidores. Porque en Alemania estarían unas 5 millones de personas bajo una sospecha generalizada. Las redacciones deberían evitar insinuaciones llamativas y estigmatizadoras, porque estas tienen unas consecuencias muy negativas para los miembros de nuestra sociedad.  
13. El lenguaje de las imágenes debe estar libre de clichés racistas y sexistas. Las imágenes actúan sobre el subconsciente y pueden torpedear, incluso, una información diferenciada.
14. Las redacciones deben tener más diversidad. La realidad es que sólo una parte mínima de los y las periodistas en Alemania no son de origen alemán y esta profesión está reservada, sobre todo, a personas con una formación formalmente superior. Las redacciones dominadas por hombres, blancos y heterosexuales contribuyen a que los temas que afectan a las personas de otro género, otras etnias y minorías no encuentren espacios suficientes ni las competencias adecuadas para tratar esos temas.   
Firmar aquí
Autores/as: Kübra Gümüşay, Anne Wizorek, Emine Aslan, Stefanie Lohaus, Teresa Bücker, Keshia Fredua-Mensah, Gizem Adıyaman, Dudu Küçükgöl, Helga Hansen, Kristina Lunz, Nicole von Horst, Antje Schrupp, Sookee, Gesine Agena, Jasna Strick, Yasmina Banaszczuk, Lavinia Steiner, Katrin Gottschalk, Ninia LaGrande, Hengameh Yaghoobifarah, Makda Isak, Melahat Kisi
Traducción: José Luis Martínez Redondo