Contra la austeridad y la dominación de los mercados financieros

¿Hemos hecho todo lo necesario para salir de la crisis económica y social en Europa? Presentamos un plan de acción de la Alianza de la Izquierda Europea Contra la Austeridad.

¿Hemos hecho todo lo posible por salir de la crisis económica y social en Europa? Las políticas de austeridad han fracasado e incluso se han producido resultados catastróficos: Han bloqueado la recuperación económica, han destruido los servicios públicos y han aumento las deudas. Los jóvenes, las mujeres, los trabajadores, los pensionistas y todas las personas que dependen del bienestar público han sufrido una gran degradación de sus condiciones de vida, de trabajo y de los estudios. Al mismo tiempo se han dado a los bancos 13 billones de euros sin que esto tenga algún efecto en la economía real. La imposición violenta de un nuevo plan de austeridad para Grecia mostró que los gobiernos, las instituciones europeas y de la Troika, que están al servicio de los mercados financieros, no quieren cambiar de rumbo, incluso utilizan la amenaza de la exclusión de la zona euro, manipulan la información a través de los medios de comunicación y cortan los grifos financieros a un país que ya está en una situación muy difícil, incluso en contra de las decisiones democráticas de uno de sus Estados Miembros. Este fracaso plantea un debate sobre la necesidad de cambiar la lógica detrás del proyecto europeo. La Unión Europea pone sus tratados, las instituciones, los poderes y las políticas como instrumentos al servicio de la globalización capitalista y en contra de los pueblos europeos.
Otras políticas son posibles. Por ejemplo, las medidas adoptadas en Portugal (aumentos salariales, la restauración de los días festivos, jornada de 35 horas en el sector público) muestran que se pueden implementar de inmediato otras soluciones. El Partido de la Izquierda Europea ha decidido elaborar un plan de acción para proponer soluciones para el desarrollo económico, social y ecológico en beneficio de las personas. Esto se hará en un marco democrático que respete la soberanía de los pueblos.

1) Reestructurar las deudas para que las personas puedan respirar

Las deudas se han vuelto insostenibles en una serie de países. Ellos están pidiendo más dinero sólo para poder pagar las deudas existentes. En ciertos países, el pago de la deuda es la primera o segunda partida en sus presupuestos, lo que limita, en gran medida, la posibilidad de desarrollar los servicios públicos y todas las políticas públicas de desarrollo económico.
Esta situación requiere con urgencia la reestructuración de las deudas de los estados europeos para permitir que las economías de nuestros países respiren. De hecho, esta medida debe aplicarse "en el marco de Asistencia Financiera" a todos los países europeos  que están sobre-endeudados o a punto de entrar en esa situación.
La UE debe ayudar a los países en dificultades para negociar planes de amortización con sus deudores, incluyendo la suspensión de reembolsos para que el dinero se pueda utilizar para inversiones. El Banco Central Europeo debe ser capaz de convertirse en un prestamista de última instancia. Una posibilidad sería la de diseñar un nuevo sistema de amortización indexada a las tasas de desarrollo de los países. Esto constituiría una importante reorganización basada en la situación real de los países y les ayudaría a salir por sí mismos de su pésima situación, en lugar de imponer normas contraproducentes desde arriba que no son factibles y que colocan a las personas en una situación de riesgo.
Al mismo tiempo tenemos que empezar un debate sobre la legitimidad de esta deuda y examinar su legalidad. Nos oponemos al pago de las deudas ilegítimas, provenientes de la especulación y de los intereses penales inflados. No es comprensible que las personas responsables de la crisis sean cada vez más ricas gracias a las deudas. De hecho, debemos obtener aportes de la enorme riqueza que existe en Europa y que ha seguido creciendo, incluso durante la crisis. Pedimos un impuesto único a escala europea sobre la propiedad de los millonarios y multimillonarios. Los que se beneficiaron de la crisis tienen que participar en la liquidación de la deuda.

2) Salir de la austeridad creando una política común de desarrollo

En primer lugar están las personas

 
Las políticas europeas que promueven privatizaciones, recortes presupuestarios y la desregulación del mercado de trabajo son medidas equivocadas: No ayudan a luchar contra la crisis, sino que refuerzan los mecanismos que llevaron a la crisis. Luchamos por una alternativa fundamental: Queremos recuperar una percepción de la política que ponga las necesidades de la gente por delante de los beneficios.
La Izquierda Europea quiere poner en marcha una Plataforma europea contra la austeridad, la privatización, y el trabajo precario, que favorezca los servicios públicos y el sistema de bienestar social, que conecte con los sindicatos, los partidos de izquierda, las iniciativas de los ciudadanos y los movimientos sociales y que persiga acciones comunes. Nosotros, por lo tanto, construimos sobre las luchas actuales.
Queremos crear un plan que combata la pobreza, el desempleo y la precariedad. Las sucesivas olas de liberación del mercado laboral y el dumping social y salarial no pueden ser las bases de una política beneficiosa para la gente.  
Los trabajadores europeos, especialmente las mujeres y los jóvenes, así como los pensionistas son los más afectados.
En el siglo 21 debería ser una realidad la igualdad salarial entre hombres y mujeres y ahora debemos abrir el debate sobre la reducción de la jornada laboral. Nos proponemos reflexionar sobre la mejor manera de luchar contra el dumping social y salarial, en parte, a través del fortalecimiento de las leyes laborales y los convenios colectivos para proteger a los trabajadores en nuestros países. Por lo tanto queremos desarrollar un método para la convergencia a nivel europeo con el fin de mejorar los derechos sociales y laborales hasta el máximo denominador común.
Queremos desarrollar unos servicios públicos que respondan a los derechos fundamentales y a las necesidades de las personas. Vivienda, acceso universal a la sanidad, educación, movilidad y la cultura son derechos humanos fundamentales y esenciales para una política de izquierdas en Europa. El sector empresarial no puede cubrir las necesidades de las personas. Para desarrollar servicios públicos se requiere crear empleo público útil para todos nosotros. 
Esta política, basada en las necesidades de cada uno y en los derechos humanos fundamentales, es la mejor protección en contra de las divisiones y la extrema derecha.

Hacia un contrato europeo de desarrollo común

La única manera de permitir la recuperación de nuestras economías y responder a los desafíos sociales y ambientales de nuestro tiempo es la implementación de una nueva política de desarrollo que involucre recursos públicos considerables. Creemos en un plan de inversiones europeo para el futuro que utilice las inversiones para cubrir las necesidades de las personas en lugar de utilizarlas para los beneficios empresariales. Los Estados deben intervenir activamente para crear centros de producción. Apoyamos la propuesta de la Confederación Europea de Sindicatos de crear un programa europeo de inversiones. El plan de inversión debe centrarse en la mejora de la infraestructura (redes de transporte y de comunicación: como el ferrocarril, carreteras e internet) y en una política industrial ambiciosa y democrática, beneficiando la investigación pública y los principales productos para crear un nuevo modelo de desarrollo social y ecológico y permitir la creación de empleo estable en el sector público.
El concepto de desarrollo común debe prevalecer también en los intercambios entre Europa y las otras regiones del mundo para hacer frente a los desafíos mundiales. Mejor calidad de vida en Europa consiste en colocar nuestra cooperación regional al servicio del cambio global: Desarrollo humano, defensa urgente del clima, acogida de refugiados y soluciones internacionales de paz. Es por ello que rechazamos el TTIP y los tratados de libre comercio que sólo generan más competencia y deterioro general de los estándares sociales y ecológicos, mientras que las multinacionales cosechan grandes beneficios.

3) Liberar recursos en favor de las inversiones públicas

Debido a las normas presupuestarias establecidas por el pacto de estabilidad y los nuevos mecanismos de supervisión establecidos después de la crisis (Tratado Presupuestario para el Semestre Europeo …), hoy en día, los Estados y las autoridades locales no pueden invertir en el desarrollo económico, el empleo y los servicios públicos. Los Estados y los Parlamentos nacionales deben mantener el control de sus presupuestos y las principales decisiones económicas de interés nacional para que no perjudiquen la puesta en marcha de políticas comunes a nivel europeo. En consecuencia, queremos renegociar los tratados que establecen las normas financieras de la UE y sacar a nuestros países del tratado presupuestario. Es indispensable, por ejemplo, liberarse de la "regla de oro" de equilibrar los presupuestos y las reglas del pacto de estabilidad en términos de déficit y deuda en relación con el PIB.
La UE debe ayudar primero a los países en la búsqueda márgenes presupuestarios y financieros. Los excedentes presupuestarios de los países deben ser utilizados para la inversión y no sólo para pagar la deuda, como imponen las normas presupuestarias europeas.
Los países deberían ser libres para desarrollar una política fiscal que les permita aumentar sus recursos. ¿Por qué no tiene un gobierno, elegido democráticamente, el derecho a exigir a las corporaciones multinacionales, grandes empresas y a las personas más ricas nuevos recursos fiscales con el fin de aumentar sus ingresos? La cooperación a nivel europeo es igualmente deseable.
Queremos aplicar realmente el impuesto sobre las transacciones financieras, que debería frenar la especulación en el mercado de divisas y fiscalizar los grandes beneficios. La cooperación a nivel europeo en la lucha contra la evasión fiscal y el fraude podría, de este modo, liberar recursos importantes para el interés general. Proponemos participar en el debate sobre una política fiscal común en la que todos los ingresos y los beneficios se utilicen para la financiación.
Queremos convertir el BCE en un banco de inversión y desarrollo que, basándose en las realidades económicas de sus países miembros, coloque sus fondos al servicio de su desarrollo. Cada país debe ser capaz de firmar con el BCE un plan de desarrollo económico y de recuperación. El BCE prestaría así dinero a los Estados y a las PYMEs con criterios sociales, ecológicos y éticos (a través de los bancos centrales nacionales y regionales) sin ningún tipo de contrapartidas. La creación de un plan de desarrollo social y ecológico encargado de crear un Plan Europeo de Desarrollo es inmediatamente posible en el marco de los tratados.

4) Transformar la Unión Económica y Monetaria Europea y regular las finanzas

Este nuevo camino también daría una nueva visión  del sistema monetario. Los acontecimientos recientes han demostrada el poder de las instituciones financieras y los mercados en los procesos de toma de decisiones europeas y la asimetría inaceptable de las negociaciones entre los socios en el Eurogrupo. Hoy, la Unión Económica y Monetaria Europea es un instrumento de opresión que trabaja para las finanzas y las élites dirigentes, encabezadas por Alemania. Queremos transformar los objetivos y modos de funcionamiento. Medimos el éxito económico en un punto de inflexión social y ecológica, la fuente para el mayor aumento en la calidad de vida de la mayoría social.
La moneda única se ha movido hacia el centro de la discordia en la UE en la actualidad. La izquierda europea protesta en contra de la vínculo automático entre la pertenencia a la moneda única, la austeridad y las reformas estructurales neoliberales. El euro puede convertirse en una herramienta para el desarrollo en contra de la opresión. Más que nada, es una cuestión de democracia. Es el corazón de una batalla que tiene que asumir una nueva escala. La Troika debe desaparecer y las instituciones tecnócratas deben borrarse detrás de las instancias democráticas. Hay una necesidad urgente de cambiar la forma en la que la zona euro trabaja sobre la base de al menos dos principios: El respeto a la soberanía y la adaptación de las políticas a la realidad económica de cada país.
El Banco Central Europeo no puede ser utilizado como una herramienta de represión política contra los estados (por ejemplo, la suspensión de fondos de emergencia para los bancos griegos) y no debe ser un puntal de financiación para los bancos privados que siguen apostando en el mercado sin ningún tipo de control. Proponemos una revisión completa de los criterios, lo que permitirá la asignación de crédito bancario por parte del BCE: Tasas de interés muy bajas para la inversión en los proyectos de desarrollo y tasas de interés prohibitivas sobre la especulación. El BCE podría, al mismo tiempo, promover el compromiso de habilitar los recursos necesarios para el cambio de los medios de producción y la creación de empleo, así como la desintoxicación del sector bancario europeo. Proponemos cambiar sus estatutos, debido a que su "independencia" con respecto a las decisiones democráticas y necesidades de la gente nos hace depender de las incertidumbres del sistema financiero mundial. Los representantes elegidos y los representantes sindicales deben tener voz y voto en los procesos de toma de decisiones del BCE.
Queremos actuar en toda Europa para regular el sistema financiero: No nos hemos olvidado de las causas de la crisis financiera mundial en 2008. El sistema bancario mundial está enfermo y está cada vez más fuera de control. El sistema bancario necesita ser reformado y los grandes bancos privados tienen que ser socializados y fuertemente regulados. La Unión Europea debe establecer las normas y la ética (transparencia, prohibición de productos financieros tóxicos, asesoramiento en la optimización fiscal, separación de las actividades bancarias, control de las condiciones de préstamos personales, prohibición de la especulación en los productos de primera necesidad, etc …), fortalecimiento de los mecanismos de sanción financiera y legal para luchar contra la delincuencia financiera. No queremos que el dinero de los ciudadanos sirva como garantía para la especulación. Se tienen que disolver los bancos fantasma, así como los fondos de cobertura (hedge funds) y las SICAVS.

Empezando con estos puntos se puede establecer una nueva vía de desarrollo para Europa. Este plan considera los intereses del 99 % de la población, es decir trabajadores y pensionistas, desempleados y la generación joven. Sabemos quiénes son nuestros oponentes.