Una derrota humillante para la dirección conservadora

La semana pasada, Theresa May pidió al electorado británico que le concedieran una mayoría más amplia, pero el país dijo que no.

Anteriormente el Partido Conservador tenía un gobierno con mayoría, ahora tiene un gobierno en minoría, luchando por llegar a un acuerdo con el Partido Democrático Unionista que dispone de 10 escaños. Se trata de un partido derechista y ultra religioso de Irlanda del Norte. Hay una gran oposición a este tipo de acuerdos gubernamentales – que daría a Gran Bretaña su gobierno más derechista – y también está causando gran preocupación en Irlanda, ya que es probable que se burle del Acuerdo del Viernes Santo.

Pero a pesar de que los conservadores siguen siendo el partido más votado con el 42,4%, los verdaderos ganadores de las elecciones son el Partido Laborista y su líder Corbyn, con el 40%. El partido laborista aumentó un 9,9%, ganando 30 escaños, mientras que los conservadores aumentaron un 5,5%, pero perdieron 13 escaños. Tanto los demócratas liberales, los Verdes, el SNP como el UKIP perdieron votos. El UKIP perdió la mayor parte del 10.8% que obtuvo en las últimas elecciones. Los votos de UKIP se han dividido, unos se fueron para los laboristas y otros a los conservadores. Este fue el primer aumento de escaños del Partido Laborista desde 1997 y su mayor aumento en la proporción de votos desde 1945.

El voto joven fue para los Laboristas

La campaña electoral estuvo marcada por ataques hostiles masivos contra el liderazgo de Jeremy Corbyn y su supuesta debilidad en economía, seguridad y su negativa a presionar el botón nuclear. En realidad, sus políticas anti-guerra, anti-austeridad y anti-nuclear resultaron enormemente populares, especialmente para los jóvenes. Ahora había algo diferente, que les gustaba, y por lo que querían movilizarse. Un cuarto de millón de ellos se registraron para votar en los últimos días de la campaña, y sus votos tuvieron un impacto decisivo en un buen número de distritos electorales. En el grupo de edad de 18 a 34 años, el 63% votó a favor del Partido Laborista, en comparación con el 27% de los conservadores. Este sentimiento pro-Corbyn continúa con entusiasmo – grupos de jóvenes gritan espontáneamente el nombre de Jeremy en las calles y en eventos públicos.

Cambio hacia la política, alejándose de la personalidad

La campaña electoral cambió realmente cuando el Partido Laborista emitió su manifiesto, casi cuatro semanas antes de las elecciones. Fue, en muchos aspectos, un manifiesto socialdemócrata, rompiendo con el neoliberalismo, con elementos radicales populares – renacionalización, redistribución de la riqueza, apoyo al Servicio Nacional de Salud, abolición de las tasas universitarias – y todo con propuestas de financiación. Esto dio a la campaña electoral una base seria y los debates se hicieron políticos en lugar de hablar sobre la personalidad de los candidatos. Al igual que el voto joven fue para los laboristas, el partido pudo consolidar a anteriores votantes laboristas ya que el manifiesto proponía políticas económicas que beneficiaban realmente a la gente común. Las encuestas también muestran que muchos de los que votaron por permanecer en la UE durante el referéndum del Brexit, decidieron apoyar al Partido Laborista, constituyendo un apoyo progresivo para el liderazgo de Corbyn.

La narrativa de la clase dirigente se ha roto

En los últimos días se ha visto bastante caos en torno al liderazgo y al gobierno conservadores y se ha abierto la pregunta sobre cuánto durará May, ya que ha salido enormemente dañada por esta humillante derrota. Un parlamento de esta naturaleza sin mayoría es inusual en la política británica y puede ser que vuelva a haber otras elecciones generales dentro de no mucho tiempo. Eso sería una buena noticia para el Partido Laborista, ya que en la actualidad las encuestas muestran un nuevo aumento en el apoyo a los laboristas, y para Corbyn como líder, que los llevaría al gobierno con una mayoría. Este es un cambio significativo en la política británica. La narrativa de la clase dominante – que había sido abrazada por el Partido Laborista – de que no había alternativa al neoliberalismo y las políticas de austeridad, se ha roto.

Ahora es esencial que la posición y las políticas de Corbyn sean defendidas dentro del Partido Laborista. No habrá, a corto plazo, ningún movimiento en su contra desde la derecha del partido, pero hay señales de que quieren entrar en la historia exitosa de Corbyn, sin duda tratando de diluir sus políticas a favor del pueblo. Hay todo por lo que luchar, y aprovechar para ello la energía de los jóvenes es crucial, si se quiere lograr.

Traducción: José Luis Martínez Redondo